Foto: Fernando Veiga (Faro de Cíes)
En más de una ocasión se ha criticado a algunas actrices, presentadoras o modelos que aprovechando su fama se han subido al carro de los blogs de moda o de lifestyle. A mí, sinceramente, es un tema que me importa lo más mínimo. De hecho, considero que cualquier persona está en su derecho de tener un blog, porque el hecho de ser o no ser conocida no está reñido con el querer expresarse o compartir cualquier cosa que creas que puede ser útil o interesar a los demás. Por ejemplo, el de Raquel del Rosario me encanta, y no tengo ningún problema en reconocerlo por muy famosa que sea.
Lo que ya no me parece lógico es que alguien conocido recurra al nombre de un blog que se creó mucho antes que el suyo, que es lo que me ha pasado a mí con la actriz Leticia Dolera. Yo puse en marcha el mío en 2010, ella el suyo en 2015 como parte de la versión on line de la revista Harper's Bazaar. Realmente, no sé si salió de ella o de su agencia de comunicación la idea de ponerle No soy una it girl, pero lo que está claro es que sabían que ya existía otro blog con ese nombre, porque nada más poner No soy una it girl en Google sale mi blog por todas partes (Blogger, Twitter, Instagram, Facebook, Google +). Me llama poderosamente la atención que una actriz como ella, que también es directora, y que supongo que valora la creatividad y las ideas originales, haya hecho algo así. Sinceramente, no lo entiendo. Me parece muy, muy cutre.
Moraleja: Sí a los blogs de todo el mundo, no a la falta de creatividad